El Banco Espirito Santo (BES) fue un banco portugués fundado en 1869. Durante muchos años, ha sido considerado uno de los bancos más grandes y prestigiosos de Portugal. Sin embargo, en 2014, el banco se vio envuelto en un escándalo de corrupción y malversación de fondos que llevó a su colapso.
En ese momento, se descubrió que el banco había ocultado pérdidas significativas, y se estimó que tenía una deuda de aproximadamente € 4.000 millones. El gobierno portugués tuvo que intervenir y rescatar al banco, pero esto no fue suficiente para evitar su colapso.
Posteriormente, se creó el Novo Banco como una entidad separada, que adquirió los activos sanos del BES. El antiguo BES se declaró insolvente y se liquidó, mientras que el Novo Banco asumió la responsabilidad de los activos y pasivos restantes.
El caso del Banco Espirito Santo fue uno de los mayores fracasos bancarios en la historia de Portugal y tuvo un impacto significativo en la economía del país. Además, el escándalo generó una crisis de confianza en el sector bancario portugués y planteó preocupaciones sobre la regulación y supervisión del sistema financiero del país.
En la actualidad, el Novo Banco sigue operando como una entidad separada y es objeto de debates y controversias en relación con su gestión y su futura venta.
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